Estos procedimientos favorecen la curación del tejido inflamado, deteriorado o incluso roto, evitando la cirugía en un alto porcentaje de casos. En las lesiones muy complejas que puedan requerir cirugía, estas terapias pueden ayudar a acelerar el proceso de recuperación.
Este tipo de tratamientos se realiza bajo control ecográfico para saber exactamente la estructura que se va a tratar así como la evolución del tratamiento lo que asegura un alto porcentaje de éxito.